ANIVERSARIO DEL FALLECIMIENTO DEL GRAL. BERNARDINO CABALLERO

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El 26 de febrero de 1912, el General Bernardino Caballero transpone los umbrales de la inmortalidad.Combatiente invicto durante la Guerra con la Triple Alianza, lugarteniente del Mariscal Francisco Solano López, este soldado ejemplar y ciudadano ilustre, era un enamorado de su Patria.Sobreviviente de la tragedia, encarnó en su persona la titánica misión de reconstruir la República.Nuestra mirada al pasado como sustancia que alimenta el espíritu para no retroceder en el presente ante el empuje del relativismo que todo lo justifica, fue y será siempre la característica vital de nuestra Asociación Nacional Republicana, partido fundado por el General Caballero. En ese pasado heroico encontramos la fortaleza necesaria para seguir enfrentando las adversidades con fe y esperanza en la victoria.Cómo no inspirarnos a esa figura legendaria que no se dejó intimidar ante el desolado paisaje de un país «calcinado hasta los cimientos», en la descripción inigualable de O’Leary. Pero la raíz del nacionalismo permanecía intacta en el corazón de Caballero, quien, al lado de sus viejos camaradas, no titubeó para empezar todo de nuevo, con el único propósito de devolverle al Paraguay su grandeza histórica, como paso imprescindible para forjar su porvenir con libertad e igualdad.Cuando en el presente la política pretende ser arrebatada por la inmoralidad y los pactos espurios, nacidos de egoísmos y resentimientos, por encima de los grandes ideales republicanos y los principios del Partido Colorado, siempre será oportuno evocar la memoria del General Caballero y reivindicar su legado ético y patriótico. Ese aire fresco de virtud es el que nos alienta a perseverar y resistir en el camino de la moral política, convencidos, como el General, de que siempre será posible empezar todo de nuevo.La mayor victoria que espera de nosotros el General Caballero es que podamos desarrollar la capacidad de dialogar y escucharnos, más allá de nuestras diferencias mutuas y naturales críticas.Una unidad que no pacta con la impunidad ni invalida cuestionamientos.Por eso, es necesario recordar las palabras del doctor Antolín Irala en la despedida fúnebre al Centauro de Ybycui: «Corazón magnánimo y generoso, en su noble pecho nunca abrigó rencores ni resentimientos contra nadie, y siempre estuvo dispuesto a perdonar agravios y abrazar al enemigo de ayer».Que ese espíritu de grandeza nos siga iluminando para conquistar el camino de la unidad dentro del Partido Colorado, como requisito insoslayable para alcanzar la paz y la prosperidad de todo el pueblo paraguayo. Pedro Alliana Rodríguez Presidente del Partido Colorado A.N.R.