Juan Ramon Chaves

Para escribir la biografía de este gran señor de la política paraguaya serán necesarias varias páginas, por eso nos limitaremos a dar una rápida pincelada sobre lo que fue y significó para el Partido Colorado y la Patria. La fulgurante trayectoria de este gran caudillo, líder indiscutible, demostrados a propios y extraños en las grandes concentraciones realizadas por el «tradicionalismo» en 1987 en Asunción, San Estanislao, Alto Paraná, Encarnación y Misiones entre los meses de mayo a julio, la cantidad de colorados que acudieron a escuchar al Dr. Cháves, sobrepasó las 350.000 personas. Con esta cifra está todo dicho y demostrado que Juan Ramón Cháves era un imán que atraía multitudes.
 
Juan Ramón Cháves nació en Asunción el 15 de febrero de 1901, hijo de un gran prohombre del coloradismo, el Dr. Francisco C. Cháves. Su madre fue doña Emilia Meza. El Dr. Francisco Cháves, en su larga trayectoria se destacó como jurista, catedrático, gran luchador republicano, funcionario honesto, legislador de vislumbrante iniciativa, escritor y periodista de pluma ágil y sobre todo un colorado ejemplar.
Entonces, el Dr. Juan Ramón Cháves fue el receptor de esas grandes virtudes que adornaron su vida pública y ciudadana. En esa comunión de almas puede espigarse su temprana vocación por la política, la jurisprudencia y todo lo que conduzca su gran vocación de servicio a favor del pueblo colorado.
 
El Dr. Juan Ramón Cháves fue un hombre lúcido en el manejo de las ideas, puso éstas al servicio del bien común. Nada más ajeno a su espíritu que la idolatría a la envidia, al que tan proclive son los hombres de un mismo oficio. Muy por el contrario, brilló con luz inextinguible en su espíritu, la llama viva del respeto y la amistad durante su transitar terrenal. Quienes lo conocieron no podrán olvidar jamás su personalidad firme, austera, su fraterno espíritu y su amistad sin claudicaciones.
 
Su practicismo en resolver las dificultades, y los problemas que se presentaban en filas del Partido Colorado, que presidió por más de 25 años, fue todo un ejemplo que nos permite decir con absoluta seguridad, que con su inteligencia y astucia política, todo lo resolvía a satisfacción de sus correligionarios.
 
Se lo llamaba el «Maestro de Juventudes», porque ejercía una tremenda influencia en la formación doctrinaria y política de los jóvenes, a quienes no solamente se dirigía como un padre, sino que les marcaba un rumbo encuadrado en la moral política y la honestidad. Casi siempre su diálogo con los jóvenes se iniciaba con esta frase: «UN VIEJO MAESTRO COLORADO DECÍA SIEMPRE QUE PARA SER JOVEN, HAY QUE ESTAR CON LA JUVENTUD, POR ESO ESTOY CON USTEDES ESTIMADOS JÓVENES CORRELIGIONARIOS», y generalmente finalizaba sus reflexiones con el siguiente consejo:«JOVENES COLORADOS, PARA TRIUNFAR EN LA POLITICA, DEBÉIS ESTAR SIEMPRE CON EL SENTIR DEL PUEBLO COLORADO. NO TRAICIONÉIS NUNCA A VUESTRO CREDO, QUE ES FIRME ANTE AQUELLOS DESCREÍDOS QUE MILITAN EN LA MALA POLITICA».
 
Existen demasiados testimonios demostrativos de la fecundidad de esta vida austera, por encima, desde luego de los cuestionamientos que se pudieran hacer y que, por cierto, emergen de la condición siempre falible dela naturaleza humana; el Dr. Juan Ramón Cháves no escapa a esa condición ni, desde luego, pretendió nunca eludir esa condición en su modesta vida.
 
Este gran señor de la política, fue un colorado de subidos quilates y respiró coloradismo por todos sus poros en sus 94 años de vida, habiendo sido protagonista de primera línea en casi todos los sucesos colorados del siglo recientemente pasado, en todos los acontecimientos que fundamentaron las glorias del coloradismo y las probanzas de constituirse en la indiscutible fuerza mayoritaria del país.
 
Juan Ramón Cháves pese a lo avanzado de su edad, demostraba un vigor inusual. La política era la fortaleza que lo movía. No era un hombre encerrado en el pasado. Vivía renovándose con los esquemas que se presentan con la evolución de los tiempos, que presentan necesidades nuevas y reclaman soluciones específicas muy diferentes a las conocidas en otros tiempos. Fue por eso, un anciano joven, en quién se podía esperar esa difícil fusión entre la experiencia y el dinamismo.
 
El Dr. Cháves fue un ejemplo digno para las jóvenes generaciones idealistas del Partido Colorado. Con él estamos ante una figura cumbre del coloradismo histórico, al igual que ante los grandes hombres que hicieron al Partido y lo sostuvieron en su existencia sacrificada.
 
El Dr. Juan Ramón Cháves falleció el 30 de Mayo de 1995.

Biografía extraída del libro: «Espejo para la Juventud» del Lic. Arsenio Basualdo